«Tenemos un usuario al que le acaba de llegar la aprobación del salario que pidió en noviembre de 2010», dice la directora de Siloé.
Artículo del periódico El Comercio - 27.02.2012 Chelo Tuya
«Hay familias que no tienen para dar de comer a sus hijos. Así de claro. Si no llega a ser por las entidades sociales que trabajamos en esta ciudad, la situación sería aún peor. Pero, sí se puede decir que hay familias que no tienen para comer. Ni para pagar su casa».
Susana González pone cara a las 1.135 peticiones de salario social presentadas en 2011 y que el Principado tiene pendientes de revisar. Y la pone la directora de la Fundación Siloé porque muchos de ellos han pasado por las puertas de los diferentes dispositivos que tiene la entidad «para pedir ayuda». La mayoría, por el centro de día Milsoles, abierto en El Coto, que ha visto como la demanda de asistencia crecía un 50% en lo que va de año.
Susana González, directora de la Fundación Siloé :: LUIS SEVILLA
Ha pasado este local, en el que se dan desayunos, comidas y meriendas, así como se facilita el descanso, el aseo y, sobre todo estos días, quitar el frío de la calle, de contar con 40 usuarios diarios a los 60 que abarrotan estas semanas la instalación. Pero Susana González no se queda sólo en el usuario «de la calle, el que tiene la demanda más clara, sino que también hemos visto como la crisis está afectando muy duro a las madres con hijos a cargo. Ya hay muchos problemas».
Lo dice González porque, como demuestran las estadísticas de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, la pobreza en Gijón «se ha femenizado. Muchas de las que solicitan el salario social son mujeres que encabezan una familia monoparental. Están solas con hijos a cargo y han perdido su trabajo. La situación es muy complicada».
Tanto que, según explica la directora de la Fundación Siloé, «sino llega a ser por la Red contra la Pobreza, en Gijón habría muchas familias en grave riesgo». De momento, el programa Chavales de Siloé, en el que ofrece hogares y centros de día, para que padres con horarios complicados puedan conciliar su vida laboral con la familiar, así como para reforzar en los estudios a los alumnos con problemas, «la demanda ha crecido. Nos llegan, además, madres con problemas de ansiedad, porque la situación de ruina económica las ha puesto en el disparadero. No saben qué hacer».
Una reclamación unida
Ante este panorama, desde Siloé se plantea «que todas las entidades que participamos en la Red analicemos, de forma monográfica, qué está pasando con el salario social y cómo se puede solucionar este problema». Susana González ha sido siempre una voz «defensora de esta paga, que considera imprescindible, pero, claro, si se gestiona bien, tal y como está ahora no vale».
Porque, el hecho de que «por ejemplo, a un usuario de Siloé le acabe de llegar aprobada la solicitud que presentó en noviembre de 2010 no es bueno», dice, porque «esa ayuda tiene que llegar cuando se necesita, no cuando la situación se ha agravado mucho y, si llevas un año esperando por ella, tu situación no puede ser buena».